Somos seres sociales, la confianza es necesaria para cualquier relación, no podemos tener una relación con los demás pensando de antemano que nos van a traicionar.
Es cierto que existen motivos para desconfiar, así nos lo muestran los medios todos los días, porque existen muchos que transgreden las normas y otros que no cumplen con las leyes, sin importarles la integridad del prójimo.
Pero pese a todo, no es justo que una persona que aparece en nuestra vida por primera vez, deba pagar las consecuencias de nuestros monstruos del pasado, de nuestras ideas sobre cómo deben ser las cosas y las personas.
¿Qué hace que confiemos o no en alguien que acabamos de conocer?
Además de la expresión, de sus actos o de lo poco que nos haya dado tiempo a ver, los rasgos faciales pueden influir de manera subjetiva e inconsciente en el grado de confianza.
Aquí os dejo uno de los últimos estudios realizados en este campo en relación a este tema:
Estudio: ¿Qué rostros de desconocidos nos inspiran más confianza?