“No me doy cuenta ni de cómo pasa el tiempo”, “No tengo tiempo para nada” “No tengo tiempo para mí”, seguramente estas frases te resulten familiares, como para muchos millones de personas actualmente, el tiempo es algo que te hace sufrir, es la “enfermedad del tiempo”.
La aceleración, la fragmentación y, sobre todo, la comprensión del tiempo, hacen que ya no sea posible controlar la agenda de nuestra vida.
La “revolución lenta” o el “Slow” nació como una necesidad cuando la única solución que se había dado para colmar la falta de tiempo era ir todavía más deprisa, entonces algunas personas acabaron por rebelarse y apostaron por las posibilidades que tiene cada persona de resistirse a la velocidad.
Llegados a este punto, debemos enfrentarnos a un nuevo desafío: reconsiderar nuestra percepción del tiempo y aprender a tomarnos las cosas con más calma para ser capaces de vivir con mayor serenidad y lucidez. Pero, ¿Cómo hacer esto? ¿Por dónde empezar?
¿y si sólo hiceras un minuto para ver el tiempo de otra manera? ¿y si sólo hicieras un minuto de limpieza al día?, parece una buena forma de empezar…
Es la base del Kaizen, término Japonés que se equivale a “mejora continua”, se trata de un método de gestión para mejorar la calidad del trabajo e iniciar cambios duraderos.
En vez de comprometernos con un pesado programa se comienza por pequeñas acciones que requieren poco esfuerzo y poco tiempo.
Todo proceso de cambio debe comenzar con una decisión y debe ser progresivo en el tiempo.
Aquí te proponemos una forma de comenzar. Prepara tus “minutos Kaizen” haciendo una lista de:
- Las actividades obligatorias que pospones por falta de tiempo
- Las actividades obligatorias que aplazas sin parar porque te desaniman
- Las actividades personales agradables que aplazas por falta de tiempo
- Las actividades que siempre has querido realizar sin haberte atrevido nunca
Escoge de tu lista actividad (una sola) que podrías hacer durante 1 minuto cada día durante 6 días seguidos (de lunes a sábado)
Escoge en tu agenda la hora que has elegido para realizar la actividad, es mejor escoger la misma hora para la misma actividad.
En la segunda semana escoge otra actividad de la lista, y así hasta 4 semanas. Si te va bien y quieres adoptar este método de “vivir agusto con tu tiempo” coge de nuevo tu lista de actividades para elegir la que te gustaría realizar lo más habitualmente posible. Te faltará decidir el tiempo que quieres dedicarles: ¿1 minuto, 2 minutos, 5 minutos? Nunca sobrepases los 15 minutos…
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