En 1981, Ellen Langer dirigió un estudio en el que dos grupos de hombres de unos setenta años fueron llevados en autobuses, en un viaje de unas dos horas a un monasterio en New Hampshire, decorado y habilitado como si se tratara de un viaje en el tiempo 22 años atrás, en 1959 (periódicos y revistas de los años 50 -Life magazine, Saturday Evening Post-; una televisión en blanco y negro; una radio vintage-).
Al primer grupo que llegó se le solicitó que durante una semana, se comportaran como si fueran jóvenes de nuevo, viviendo en los años 50. Al segundo grupo, que llegó una semana más tarde, se le pidió que se mantuvieran en el presente y simplemente trataran de mantener conversaciones sobre cómo fue esa época.
Ambos grupos discutieron sobre los eventos de la época y por la noche escuchaban los programas de radio que fueron famosos en aquel tiempo.
La diferencia fue que para el segundo grupo estas vivencias hicieron surgir un montón de recuerdos, mientras que para el primero, era como si fueran vividas por primera vez.
Antes y después del experimento, ambos grupos de hombres pasaron una serie de pruebas y de test físicos y psicológicos, y sólo con una semana que duró la investigación, existían enormes diferencias. Después del experimento ambos grupos eran más fuertes y flexibles. Los test de inteligencia, el oído, la visión, la postura, … todos habían mejorado. Sus articulaciones eran más flexibles, sus dedos más ágiles, más largos y menos afectados por la artritis. Los resultados fueron especialmente positivos en el primer grupo, al que se le había pedido que se comportaran como si hubieran vuelto al pasado, y fueran jóvenes otra vez.
La forma en la que nos hacemos mayores no tiene porqué estar definida, sino que dependerá de cómo queramos vivir y disfrutar nuestra vida.
Nuestra sociedad nos dice que corresponde a qué edad y que es lo que qué está bien o mal para una edad, nuestro sexo o nuestra clase social.
Son muchos los cambios que puedes hacer para sentirte mejor, habitualmente nos aferramos a cosas, a pesar de que está cambiando continuamente. Aprendiendo a abrir nuestra mente se abre todo un mundo de posibilidades, comienza a saltarte esas normas morales acerca de lo que deberías o no deberías y empieza a comprobar sus resultados por ti mism@ A partir de aquí por lo menos tendrás una opinión propia.